lunes, 13 de diciembre de 2010

Mamitis aguda

El Jueves de la semana pasada le tocaba a la Nena su revisión del Programa del Niño Sano y las vacunas correspondientes a los dos meses de vida. Primero fuimos a vacunarla, de lo que se ocupa una enfermera y después tuvimos la cita con la pediatra.

La vacunación fue terrible, al menos para mí. Menos mal que Papácoqueto tenía el día libre en el trabajo y nos acompañó: él se ocupó de sujetar a la Nena, que se llevó tres pinchazos en los muslitos. En el primer pinchazo lloró pero no mucho, pero ya con los siguientes, que sabía lo que le esperaba, lloró como si la estuviéramos matando... y a mí me faltó el canto de un duro para acabar a lágrima viva como ella.

Por cierto, comentar que me llamó mucho la atención que recomienden encarecidísimamente vacunar con la anti meningocócica Prevenar 13, pero que no la pase la seguridad social. 77€ de vacuna y hay que ponerle 4 dosis... Esta primera nos la ha regalado mi madre, de todas formas yo pensaba comprársela, pero me parece fatal que teniendo una sanidad que presume de ser universal para todos los españoles haya que comprar la salud de un hijo al precio total de 308€.

Después de la vacunación pasamos a la consulta de la pediatra, en aquel momento la Nena ya ni se acordaba de los pinchazos, pero a su mamá le seguían doliendo en el alma.
Todo fantástico, buen tono, buena talla y mejor peso. Con dos meses y dos días de vida la Nena pesaba 5.8Kg y medía 58cm ¡Y todo a base de teta! Papácoqueto bromeaba con cambiarle la leche materna por batidos Biomanán.
La parte más divertida del día llegó cuando estando ella en pelotillas encima del peso, la cogí en brazos para vestirla y ¡ala! me meó enterita.

A lo largo de la tarde empezó a ponerse tontilla, con las vacunas le subió un poco la fiebre. Se quejaba y lloriqueaba y no quería nada con nadie salvo conmigo.

Al día siguiente yo tenía cita en la peluquería y como no tenía fiebre y parecía estar bien, la dejé con Papácoqueto y con mi padre, mientras mi madre y yo íbamos a arreglarnos los pelos un poco. Como no íbamos más que a cortar y peinar no íbamos a tardar mucho y no me preocupé, pero cuando volvimos a casa la Nena se había pasado toda la hora llorando desconsolada... fue cogerla yo en brazos y quitársele todo. El resto del día lo pasó bien, hasta que me metí en la ducha y la dejé de nuevo con su papá... no paró de berrear en todo el tiempo que estuve en la ducha!! Terminé a marchas forzadas la sesión de higiene personal y al cogerla en brazos, de nuevo calmadita. Pensaba que sería por el mal cuerpo de las vacunas... pero ha pasado todo el fin de semana de la misma manera: con mamitis aguda.

Mientras que yo la tenga en brazos o al menos esté en su campo de visión o me oiga no hay problema, pero como no me perciba cerca se arranca con unas llantinas...

Parece que estamos explorando una nueva etapa. Mi niña, que no lloraba nunca y que hacía migas con todo el mundo, de repente solo quiere estar con su mamá. Ni siquiera los brazos de su papá la consuelan.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Operación bikini-colesterol (I)



Siempre me he cuidado muchísimo, no solo en lo que se refiere a cosméticos y estética, la salud física siempre fue un objetivo para mí y más cuando hace 5 o 6 años me sacaron en controles rutinarios el colesterol bastante alto.
Lo llamativo era que ni tenía un peso elevado ni comía especialmente mal, más bien todo lo contrario, por lo que se dedujo que tenía altas posibilidades de padecer coleterol patológico.

Desde entonces lo mantuve bastante bien controlado a base de mucho ejercicio físico, una dieta bastante estricta y un peso corporal bastante bajo. Mi trabajo me costaba, pero estaba hecha un pincel. No digo que de vez en cuando no me diera un homenaje culinario, pero en el día a día lo mío eran la lechuga y el pescado a la plancha.

Pero cuando me quedé embarazada decidí vivir mi embarazo de una forma feliz y plena, y ello incluyó comer casi lo que me diera la gana. Me dije a mí misma que ya que iba a engordar, para qué sacrificarme tanto... Pues nada, acabé los 9 meses con 17 Kg más y con un colesterol total de 309 mg/dl, la sangre casi se me cuaja en las venas.

La semana pasada tuve la revisión postparto con la endocrina, y me dijo lo que yo ya sabía que me iba a decir: por un lado que con el peso vamos bien porque ya he perdido casi 10kg y por otra que con el colesterol vamos fatal, me da de margen hasta el mes de Marzo para bajarlo a unos niveles aceptables antes de medicarme.

Eso significa, básicamente, volver a la dieta espartana que llevaba antes de quedarme embarazada y empezar a moverme más. Lo primero ya lo he puesto en práctica, lo segundo va a ser más complicado dado el poco tiempo que me deja la Nena y lo cansada que estoy.
Pues eso, que ya llevo unos días a dieta estricta, se acabaron los dulces, la bollería y el pan, los fritos y todo lo rico, y he vuelto a las alcachofas salteadas y a las carnes magras a la plancha.

Me espera una Navidad de lo más triste... Pero como no hay mal que por bien no venga, la motivación es que ya estoy notando los resultados. Desde la visita a la endocrina, que fue el Jueves pasado (una semana justa) he perdido 2 Kg y por fin empiezo a poder meterme en mi ropa. Apretada, eso sí.

Lo de hacer deporte va a ser más difícil, que digo yo, si no me queda tiempo casi para lavarme el pelo, de dónde voy a sacarlo para salir a correr o visitar el gimnasio?

Bueno, ya os iré informando de mis progresos, tanto de los físicos como de los lípidos sanguíneos.