¡Ayer fue el primer cumple mes de la Nena! Parece mentira que solamente lleve un mes en mi vida, porque siento como si hubiésemos estado juntas siempre.
Creo que ahora es un buen momento para las confesiones, sobre todo para contaros ciertos temores que me asaltaron en las semanas previas al parto. Durante todo el embarazo me mantuve tranquila y confiada, pero según se iba acercando la fecha de llegada de la criatura, empecé a estar intranquila... Me da un poco de pena contaros esto, de hecho a Papácoqueto no se lo confesé hasta hace bien poco, pero el mayor de mis temores era no quererla lo suficiente: ¿Qué pasaría si una vez con la Nena en casa me daba cuenta de que ser madre no iba conmigo? ¿Y si no desarrollaba apego por ella? ¿Y si me hartaba del bebé llorón que estaba por llegar? No sé a que vinieron esas ideas, pero me aterraban y me quitaban el sueño, y sobre todo me hacían sentir fatal.
Ni que decir tiene que ninguna de esas terribles ideas mías ha cuajado como me temía, mi hija es lo mejor que hay en mi vida, es mi corazón latiendo en otro cuerpo, pero ahí estuvieron... ¿Por qué?
Durante este mes la he visto crecer, engordar (sí, que está cebollona jejejeje), despabilarse y aprender a pedir lo que quiere. Me llama la atención lo despierta que está en comparación a cuando era recién nacida, ya no duerme tanto y los ratos en que está despierta parece que canturrea (o algo parecido), mira con los ojos muy abiertos las luces y la tele, me sonríe cuando la despierto o cuando le hago cosquillitas en la cara... Se nota que empieza a interactuar por poco que sea.
Ha aprendido a pedir cariño, brazos y comida, algo que al principio no hacía, y no tiene que ser necesariamente llorando porque de hecho llorar llora poco. Cuando quiere comer menea la cabeza de una forma característica como dando cabezazos y cuando la cojo para ponerla al pecho pone cara de satisfacción.
Cuando quiere que la coja por puro vicio, para recibir mimitos, pone cara de puchero apretada.
Cuando esta mamando me dedica unas miradas de reojo desde ahí abajo que me hacen mucha gracia y con la manita que queda por arriba se agarra al pecho haciéndome cosquillitas.
Como no podía ser de otra manera ha desarrollado un apego especial conmigo. La Nena está bien en brazos de cualquiera, al no ser protestona ni llorona se conforma con los brazos de todos, pero cuando está acurrucada en mis brazos o en mi pecho se encuentra en el séptimo cielo, y cuando le dedico arrumacos y besitos se deshace y se acurruca contra mí de forma amorosa.
La familia cercana ya me está haciendo llegar la crítica constructiva de lo mimada que la tengo, que tantos brazos y tanta caricia la están mal acostumbrando. Por un oído me entra y por el otro me sale. Es mi niña, mi amor, y no puedo hacer otra cosa que quererla con toda mi alma. No entiendo que tiene de malo transmitir ese amor y hacerla sentirse arropada y querida. No sé porque tendría que dejarla llorar hasta desgañitarse sin cogerla en brazos, solo para que no se acostumbre.
¿Por qué se considera bueno dejar llorar a los bebés? Si mi hija llora o me demanda es por algo, bien porque se sienta sola, porque tenga frío, porque necesite el cariño de sus padres... Valiente tontería dejar a mi niña llorar cuando yo tengo la formula mágica para transmitirle tranquilidad, sosiego y felicidad.
Jo, un mes ya!!! No te sientas rara, que esos pensamientos yo creo que los hemos tenido muchas; antes de tener un hijo no se sabe realmente lo que es...hasta que lo tienes. Lo curioso es que con el segundo tengo dudas parecidas, me pregunto si podré quererle tanto como al primero. Pero en el fondo sé que sí.
ResponderEliminarMamareciente, precisamente el otro día me planteaba si querría tener otro hijo ya que ¿Supondría eso repartir el amor que tengo por la Nena con el que estaría por venir? ¿Le restaría a ella atenciones? Supongo que más que dividirse el cariño se multiplicará por dos. Pero qué ideas más raras se me pasan por la cabeza!! Hay que ver lo que es la maternidad jajajaja
ResponderEliminarfelicidades por ese mes y si te puedo asegurar que se miltiplica por dos
ResponderEliminarQué hermoso! Feliz primer mes :)
ResponderEliminarYo recibí también los comentarios al estilo: “lo vas a malcriar” o “no, que se acostumbran”. Y siempre me pregunte, ¿Está mal que se acostumbren a los brazos de la mama? ¿Qué se acostumbren a recibir amor? ¿Qué se acostumbren a que alguien escucha sus necesidades? Y siempre llego a la misma conclusión, realmente pienso y siento distinto. Así que oídos sordos!
Esos son los comentarios que hay que aguantar, efectivamente. A ti tu instinto qué te dice???? seguramente lo contrario de lo que te dicen esas personas. Disfruta de tu hija, quíerela, mímala, abrázala y dale todo el amor del mundo. Y sí, que se acostumbre al amor, a quererla, al contacto, al cariño. Que se acostumbre a eso y a más, y verás que dulce de hija.
ResponderEliminarFeliz primer mes.