lunes, 13 de diciembre de 2010

Mamitis aguda

El Jueves de la semana pasada le tocaba a la Nena su revisión del Programa del Niño Sano y las vacunas correspondientes a los dos meses de vida. Primero fuimos a vacunarla, de lo que se ocupa una enfermera y después tuvimos la cita con la pediatra.

La vacunación fue terrible, al menos para mí. Menos mal que Papácoqueto tenía el día libre en el trabajo y nos acompañó: él se ocupó de sujetar a la Nena, que se llevó tres pinchazos en los muslitos. En el primer pinchazo lloró pero no mucho, pero ya con los siguientes, que sabía lo que le esperaba, lloró como si la estuviéramos matando... y a mí me faltó el canto de un duro para acabar a lágrima viva como ella.

Por cierto, comentar que me llamó mucho la atención que recomienden encarecidísimamente vacunar con la anti meningocócica Prevenar 13, pero que no la pase la seguridad social. 77€ de vacuna y hay que ponerle 4 dosis... Esta primera nos la ha regalado mi madre, de todas formas yo pensaba comprársela, pero me parece fatal que teniendo una sanidad que presume de ser universal para todos los españoles haya que comprar la salud de un hijo al precio total de 308€.

Después de la vacunación pasamos a la consulta de la pediatra, en aquel momento la Nena ya ni se acordaba de los pinchazos, pero a su mamá le seguían doliendo en el alma.
Todo fantástico, buen tono, buena talla y mejor peso. Con dos meses y dos días de vida la Nena pesaba 5.8Kg y medía 58cm ¡Y todo a base de teta! Papácoqueto bromeaba con cambiarle la leche materna por batidos Biomanán.
La parte más divertida del día llegó cuando estando ella en pelotillas encima del peso, la cogí en brazos para vestirla y ¡ala! me meó enterita.

A lo largo de la tarde empezó a ponerse tontilla, con las vacunas le subió un poco la fiebre. Se quejaba y lloriqueaba y no quería nada con nadie salvo conmigo.

Al día siguiente yo tenía cita en la peluquería y como no tenía fiebre y parecía estar bien, la dejé con Papácoqueto y con mi padre, mientras mi madre y yo íbamos a arreglarnos los pelos un poco. Como no íbamos más que a cortar y peinar no íbamos a tardar mucho y no me preocupé, pero cuando volvimos a casa la Nena se había pasado toda la hora llorando desconsolada... fue cogerla yo en brazos y quitársele todo. El resto del día lo pasó bien, hasta que me metí en la ducha y la dejé de nuevo con su papá... no paró de berrear en todo el tiempo que estuve en la ducha!! Terminé a marchas forzadas la sesión de higiene personal y al cogerla en brazos, de nuevo calmadita. Pensaba que sería por el mal cuerpo de las vacunas... pero ha pasado todo el fin de semana de la misma manera: con mamitis aguda.

Mientras que yo la tenga en brazos o al menos esté en su campo de visión o me oiga no hay problema, pero como no me perciba cerca se arranca con unas llantinas...

Parece que estamos explorando una nueva etapa. Mi niña, que no lloraba nunca y que hacía migas con todo el mundo, de repente solo quiere estar con su mamá. Ni siquiera los brazos de su papá la consuelan.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Operación bikini-colesterol (I)



Siempre me he cuidado muchísimo, no solo en lo que se refiere a cosméticos y estética, la salud física siempre fue un objetivo para mí y más cuando hace 5 o 6 años me sacaron en controles rutinarios el colesterol bastante alto.
Lo llamativo era que ni tenía un peso elevado ni comía especialmente mal, más bien todo lo contrario, por lo que se dedujo que tenía altas posibilidades de padecer coleterol patológico.

Desde entonces lo mantuve bastante bien controlado a base de mucho ejercicio físico, una dieta bastante estricta y un peso corporal bastante bajo. Mi trabajo me costaba, pero estaba hecha un pincel. No digo que de vez en cuando no me diera un homenaje culinario, pero en el día a día lo mío eran la lechuga y el pescado a la plancha.

Pero cuando me quedé embarazada decidí vivir mi embarazo de una forma feliz y plena, y ello incluyó comer casi lo que me diera la gana. Me dije a mí misma que ya que iba a engordar, para qué sacrificarme tanto... Pues nada, acabé los 9 meses con 17 Kg más y con un colesterol total de 309 mg/dl, la sangre casi se me cuaja en las venas.

La semana pasada tuve la revisión postparto con la endocrina, y me dijo lo que yo ya sabía que me iba a decir: por un lado que con el peso vamos bien porque ya he perdido casi 10kg y por otra que con el colesterol vamos fatal, me da de margen hasta el mes de Marzo para bajarlo a unos niveles aceptables antes de medicarme.

Eso significa, básicamente, volver a la dieta espartana que llevaba antes de quedarme embarazada y empezar a moverme más. Lo primero ya lo he puesto en práctica, lo segundo va a ser más complicado dado el poco tiempo que me deja la Nena y lo cansada que estoy.
Pues eso, que ya llevo unos días a dieta estricta, se acabaron los dulces, la bollería y el pan, los fritos y todo lo rico, y he vuelto a las alcachofas salteadas y a las carnes magras a la plancha.

Me espera una Navidad de lo más triste... Pero como no hay mal que por bien no venga, la motivación es que ya estoy notando los resultados. Desde la visita a la endocrina, que fue el Jueves pasado (una semana justa) he perdido 2 Kg y por fin empiezo a poder meterme en mi ropa. Apretada, eso sí.

Lo de hacer deporte va a ser más difícil, que digo yo, si no me queda tiempo casi para lavarme el pelo, de dónde voy a sacarlo para salir a correr o visitar el gimnasio?

Bueno, ya os iré informando de mis progresos, tanto de los físicos como de los lípidos sanguíneos.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Estimulando a la Nena



Soy de esas personas que no es que no le gusten los niños, pero tampoco se me ha caído nunca la baba con ellos. Además casi no he tenido contacto con niños, ni mucho menos con bebés... y de un día para otro me vi con la Nena recién nacida en brazos. No sabía como cogerla, como manejarla, como cambiarle el pañal...

De hecho con el cambio del primer pañal casi me da algo!! Creo que fue el único momento en que me vi sola en el hospital, porque durante todo el tiempo estuve acompañada. Pues ala! Sola y pedazo de meconio que me plantó la Nena. Al quitarle el pañal y verle el cordón umbilical blanco y viscoso casi me da un soponcio. Menos mal que en ese momento llegó mi cuñada, que tiene una hermana de un añito y bastante más experiencia que yo en el asunto, y me enseñó como hacerlo.

Me voy por los cerros de Úbeda. El caso es ese, que de repente me encontré con un bebé con el que no sabía cómo interactuar. Le daba cariño, caricias y besitos porque es lo que me salía, pero aparte de eso no sabía que más hacer.
Lo que me preocupaba era no saber estimularla lo suficiente. Ella, que ya es de por sí tranquila, peligraba con convertirse en uno de esos niños seta de los que se habla últimamente. Porque el amor de una madre es fabuloso y recibirlo debe ser lo máximo, pero cuanto más la mimaba más dormía y yo no quería que se transformara en una pieza más del mobiliario del piso.

Así que me puse manos a la obra ¿Y cómo? Pues como buenamente pude con mi poco arte natural. Para empezar procuro hablarle mucho, da igual sobre lo que sea. Si estoy cocinando pues le cuento que estoy pelando la patata para hacer una fabulosa tortilla, pero que antes hay que cortarla en pedacitos y freírla hasta que dore. Todo ello con mucha entonación, gestos y aspavientos, y a ella le encanta porque suelta cada carcajada que me contagia la risa. Lo mejor es cuando tras un buen rato de estar contándole mi vida, se anima y empieza a hacer ruiditos y gorjeos, como si me hablara ella a mí en su idioma personal.

Otra forma de activarla es el juego de levantarse: yo sentada con ella recostada boca abajo en mi pecho y sus piececitos sobre mis muslos. Cuando empuja con sus piernas yo la levanto y la mantengo como si estuviera de pie al grito de "arriiiiiiiba", y cuando deja de presionar la voy dejando caer despacito: "Ooooohhh, se ha cansado, si es muy pequeña todavía...." Hay veces que no me deja terminar de soltarla del todo cuando ya está haciendo presión otra vez para que la yerga de nuevo, por supuesto muerta de la risa.

Todas las tardes la siento conmigo en el sofá y la tumbo bocarriba para darle un buen masaje. Empiezo por la barriguita con movimientos circulares para así de paso aliviarle el extreñimiento, que le cuesta un poquillo eso de ser regular, y sigo por el resto del cuerpecito mientras le canto cualquier canción que se me ocurra. Esto más que divertido es relajante, pero también me sonríe cuando se lo hago.

Y el mejor de todos los momentos del día es el baño. Los primeros baños de la Nena fueron un martirio, lloraba que parecía que la estábamos matando. El problema era que le gusta el agua muy caliente y nosotros se la poníamos a 37º como está recomendado. Hasta que descubrí que a ella lo que le va es escaldarse!! Pues nada, niña pasada por agua con chapoteo, canciones, caras y aspavientos y la más feliz del mundo. Lo que no le gusta un pelo es que la saquemos y le untemos la crema, pero luego cuando la vestimos mientras le canto y le doy besitos en los pies y en la barriguita se lo pasa en grande de nuevo.

Papácoqueto dice que se siente ridículo poniendo voces extrañas, haciendo tonterías y hablándole a la Nena (no sabe que contarle, dice), él no se ha terminado de soltar en esto de los juegos y la interacción, pero creo que no le falta mucho. Yo, sin embargo, estoy en mi salsa.

Quién me viera y quién me ve...

¿Qué formas de estimulación habéis usado vosotros con vuestros bebés?

viernes, 26 de noviembre de 2010

Gastroenteritis e ingreso

El Martes tenía dos entradas a medio terminar casi listas para publicarlas, pero después de comer empecé a encontrarme mareada e intenté echarme una siestecita dejando a la Nena con su Papá y las entradas guardadas como borradores.

Me resultó imposible dormir, cada vez me encontraba peor. Al mareo y las náuseas se fueron sumando retortijones y dolores de barriga intensísimos. En cuestión de una hora estaba vomitando hasta la primera papilla que mi madre me dio y con unas diarreas de espanto.

En la media hora siguiente evolucioné con temblores, bajada de tensión, sudores fríos y lo que me asustó de verdad fue ver que las diarreas venían acompañadas de sangre, pero no un poco, es que salían completamente rojas.

Llegada a ese punto ya era incapaz de mantenerme en pie, me sentía como en una nebulosa y me daba cuenta de que estaba completamente deshidratada,
le di la razón a mi marido que desde el primer vómito quiso llevarme al hospital pero yo le contestaba que una gastroenteritis de nada no tiene ni cura ni tratamiento.

Llamó a mi madre, que es enfermera y trabaja en el hospital, para que me recogiera y me llevara, él se iba a quedar en casa con la Nena. Saliendo por la puerta de casa con mi madre perdí el conocimiento, menos mal que había allí unos vecinos que la ayudaron a reanimarme y a llevarme al coche... Era absolutamente incapaz de mantenerme en pie por mí misma. Cuando volví en mí, de las arcadas tan fuertes y seguidas que tenía no podía decir ni dos palabras seguidas.

A partir de ahí y hasta que ingresé tengo vagos recuerdos: el viaje en coche al hospital vomitando en una bolsa sin parar, el traslado del coche a la observación en silla de ruedas en la que no era capaz de mantenerme sin escurrirme, como me quitaron la ropa para ponerme el pijama...

De la debilidad y la bajada de tensión que llevaba, no me encontraban las venas para cogerme las vías y sacarme sangre, de hecho hasta se me partió una vena en el intento.

Me comenzaron a rehidratar con suero a velocidad de vértigo, me pusieron primperan para las náuseas y paracetamol para el dolor y a partir de ahí ya fue coser y cantar porque las arcadas se cortaron, recuperé el calor corporal y los temblores remitieron completamente.

Pasé la noche del Martes al Miércoles ingresada, me hicieron radiografías y ecografías para ver si tenía dañados los intestinos ya que la hemorragia era importante, pero se cortó sola a lo largo de la noche y en las pruebas no salió que tuviese ningún daño.
Pretendían tenerme ingresada otra noche más, pero dado que por la mañana me encontraba mucho mejor, que prometí cuidarme como si me fuera la vida en ello y que mi madre trabaja allí y me ayudó a hacer presión, me dieron el alta el mismo Miércoles. No soportaba pensar en pasar más tiempo separada de mi hija.

El diagnóstico fue una gastroenteritis por rotavirus, pero estaban alucinados con el curso tan rápido que había tenido: empecé con el malestar sobre las 16h y a las 19h ya iba de camino al hospital medio muerta.

Lo peor para mí fue separarme de mi hija durante toda la noche y parte del día siguiente, menos mal que Papácoqueto es apañao y consiguió que ella no me extrañara a mí, y pensar que podía haberle contagiado la infección, pero hasta el día de hoy no ha dado ningún síntoma.

Ahora el problema es que entre la deshidratación que tuve y las muchas horas que pasé sin darle el pecho estoy casi sin leche. Me pongo a mi hija al pecho constantemente para que estimule y bebo mucha agua, pero tengo que darle ayuda con biberón porque se queda muertecita de hambre la pobre.

Espero superar este bache lácteo y que todo vuelva a la normalidad cuanto antes.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Calienta cunas eléctrico

No hace mucho que entró el frío de golpe y porrazo, y aunque yo pensaba que estábamos bien equipados para combatirlo por las noches, estaba totalmente equivocada.

Desde antes de nacer la Nena ya me estuve informando sobre productos para ayudarla a dormir confortable y calentita. Una de las primeras cosas que compré después de leer en blogs críticas estupendas fue una mantita Swaddleme.



 Este sistema no inventa nada nuevo en realidad. A mí me recuerda mucho a cuando de pequeña mi padre me envolvía y acurrucaba con una mantita y yo me dormía agustísimo y bien sujeta.

Bueno, pues la mantita Swaddleme resultó ser un fracaso estrepitoso: mi hija, que no llora ni cuando tiene hambre, empezó a berrear antes siquiera de terminar de abrochársela. Intenté calmarla en brazos a ver si se acostumbraba a estar envuelta cual crisálida, pero no hubo forma. La mantita Swaddleme está criando polvo en un cajón desde entonces.

Lo curioso es que está acostumbrada a dormir envuelta en una mantita normal bien apretadita tal y como mi padre hacía conmigo, lo que no es muy diferente del sistema Swaddleme... Qué cosas... ¿En qué apreciará la diferencia? A mí me parece prácticamente lo mismo.

Otra idea que me pareció fabulosa fueron los saquitos de dormir para bebés.



Tiene dos de la marca Grobag de la talla más pequeña: la 0-6 meses. Aún así me resultan demasiado grandes para ella, que solo tiene un mes y le sobra saco por todas partes. Además, tenemos el inconveniente añadido de que le gusta estar envuelta en su mantita de dormir y con el saquito quedará sueltecita. Ya veremos como acepta los Grobag cuando llegue el momento, aunque me da la espina de que se van a juntar con la mantita Swaddleme.

Así que descartada la mantita Swaddleme y demasiado pronto para los invernales y enormes sacos Grobag, me vi hace un par de semanas buscando una alternativa para mantener a la Nena cálida en su mini cuna.
Se me ocurrió derrepente que un calienta camas era una buena opción y fui al Corte Inglés a ver si tenían algo adecuado para el tamaño de la mini cuna, por supuesto me volví a casa igual que salí: con las manos vacías. Allí no tenían nada parecido a lo que yo andaba buscando y ni siquiera les sonaba.

Recurriendo a Google, como siempre, conseguí localizar el único calienta camas del mercado (y digo el único porque he buscado por activa y por pasiva de todo en todas partes sin éxito) de tamaño mini: el calienta cunas Jocca de 60x40. Lo compré en Pixmanía por unos 20€ incluidos los gastos de envío.



Para quien no tenga claro lo que es un calienta camas tengo que aclarar que aunque su parecido con una manta eléctrica es impepinable, no es lo mismo. La manta eléctrica irradia mucho más calor y su uso está totalmente desaconsejado en bebés y niños. Los calienta camas se colocan entre el colchón y la sábana bajera, el calor que producen es mínimo, más que para calentar a la persona es para impedir que la cama esté fría, produciendo un calor suave y casi imperceptible.

Tanto la Nena como nosotros estamos encantados con el calienta cunas.

Antes, cuando llegaba el momento de acostarla en su cunita al ponerla en contacto con las sábanas frías había veces que se despertaba y había que volver a dormirla... fin de esta historia!! Además, no tengo miedo de que coja frío si se destapa porque el colchón siempre está cálido.

Desde que le tengo puesto el calienta cunas duerme más y mejor, se despierta menos por las noches. Supongo que se sentirá más cómoda.

Papácoqueto y yo estamos pensando en comprarnos también un calienta camas para nosotros porque aunque ya está haciendo fresco, el frío intenso aún está por llegar y no hay nada más desagradable que meterte en una cama helada y esperar a que se tibie con el calor corporal ¿O no?

lunes, 8 de noviembre de 2010

Un mes de vida

¡Ayer fue el primer cumple mes de la Nena! Parece mentira que solamente lleve un mes en mi vida, porque siento como si hubiésemos estado juntas siempre.

Creo que ahora es un buen momento para las confesiones, sobre todo para contaros ciertos temores que me asaltaron en las semanas previas al parto. Durante todo el embarazo me mantuve tranquila y confiada, pero según se iba acercando la fecha de llegada de la criatura, empecé a estar intranquila... Me da un poco de pena contaros esto, de hecho a Papácoqueto no se lo confesé hasta hace bien poco, pero el mayor de mis temores era no quererla lo suficiente: ¿Qué pasaría si una vez con la Nena en casa me daba cuenta de que ser madre no iba conmigo? ¿Y si no desarrollaba apego por ella? ¿Y si me hartaba del bebé llorón que estaba por llegar? No sé a que vinieron esas ideas, pero me aterraban y me quitaban el sueño, y sobre todo me hacían sentir fatal.
Ni que decir tiene que ninguna de esas terribles ideas mías ha cuajado como me temía, mi hija es lo mejor que hay en mi vida, es mi corazón latiendo en otro cuerpo, pero ahí estuvieron... ¿Por qué?

Durante este mes la he visto crecer, engordar (sí, que está cebollona jejejeje), despabilarse y aprender a pedir lo que quiere. Me llama la atención lo despierta que está en comparación a cuando era recién nacida, ya no duerme tanto y los ratos en que está despierta parece que canturrea (o algo parecido), mira con los ojos muy abiertos las luces y la tele, me sonríe cuando la despierto o cuando le hago cosquillitas en la cara... Se nota que empieza a interactuar por poco que sea.

Ha aprendido a pedir cariño, brazos y comida, algo que al principio no hacía, y no tiene que ser necesariamente llorando porque de hecho llorar llora poco. Cuando quiere comer menea la cabeza de una forma característica como dando cabezazos y cuando la cojo para ponerla al pecho pone cara de satisfacción.
Cuando quiere que la coja por puro vicio, para recibir mimitos, pone cara de puchero apretada.
Cuando esta mamando me dedica unas miradas de reojo desde ahí abajo que me hacen mucha gracia y con la manita que queda por arriba se agarra al pecho haciéndome cosquillitas.

Como no podía ser de otra manera ha desarrollado un apego especial conmigo. La Nena está bien en brazos de cualquiera, al no ser protestona ni llorona se conforma con los brazos de todos, pero cuando está acurrucada en mis brazos o en mi pecho se encuentra en el séptimo cielo, y cuando le dedico arrumacos y besitos se deshace y se acurruca contra mí de forma amorosa.


La familia cercana ya me está haciendo llegar la crítica constructiva de lo mimada que la tengo, que tantos brazos y tanta caricia la están mal acostumbrando. Por un oído me entra y por el otro me sale. Es mi niña, mi amor, y no puedo hacer otra cosa que quererla con toda mi alma. No entiendo que tiene de malo transmitir ese amor y hacerla sentirse arropada y querida. No sé porque tendría que dejarla llorar hasta desgañitarse sin cogerla en brazos, solo para que no se acostumbre.

¿Por qué se considera bueno dejar llorar a los bebés? Si mi hija llora o me demanda es por algo, bien porque se sienta sola, porque tenga frío, porque necesite el cariño de sus padres... Valiente tontería dejar a mi niña llorar cuando yo tengo la formula mágica para transmitirle tranquilidad, sosiego y felicidad.

martes, 2 de noviembre de 2010

Una nueva historia de amor



La Nena ha hecho que caigamos absolutamente enamorados de ella. Su papá, su mamá, sus cuatro abuelos, sus tíos abuelos, los tíos abuelos segundos, los tíos primeros y los tíos segundos, nuestros amigos... Vamos, resumiendo, toda la familia está chocheando con ella. No paran de visitarla, hacerle arrumacos y regalitos, y a mí eso me llena de satisfacción porque la verdad es que no esperaba que se volcaran de esa manera con ella.

Sin embargo, había dos seres cuya aceptación por la Nena nos preocupaba. Uno es Gato, el gato que vive con Papácoqueto y conmigo. El otro es Duna, la perrita rottweiler que tienen mis padres. Con Duna la desconfianza era porque aparte de ser enorme, no ha tenido nunca contacto con niños, y aunque es una perra muy buena y muy dócil son 40 kilacos de rottweiler... Ya os hablaré de ella en otra entrada.

De Gato desconfiábamos porque es muy "suyo"... A ver, él es un animal muy cariñoso, pero con Papácoqueto y conmigo únicamente. De todo el resto del mundo desconfía por sistema llegando incluso a ser desagradable. Y ni hablar de relacionarlo con otros animales!! Se infla como un pez globo y ataca a todo aquello que se mueva ya sea perro, gato o cualquier otra especie animal. Además lo tenemos tremendamente mimado, lo que incrementaba el temor (sobre todo de Papácoqueto) de que le cogiera celos a la Nena.

El  día que nos dieron el alta en el hospital y llegamos a casa, lo primero que hice fue presentar la Nena a Gato. Su reacción fue inflar la cola mientras la olisqueaba... mal asunto. Después, con las orejas hacia atrás y con mal gesto, se dio la vuelta y la ignoró. Los primeros días todo continuó igual, la ignoraba y no mostraba el menor interés en ella, ni para bien ni para mal. Después descubrió que la hamaquita y el cochecito eran lugares cómodos y confortables y todo su afán era subirse en ellos. Como yo no quería reñirle para que no cogiera celos, solucioné el asunto cubriéndolos con una sábana y dejando que se subiera. La mini cuna sin embargo (y menos mal) no le llamaba la atención para acomodarse, pero cuando la Nena estaba dentro durmiendo y haciendo ruiditos, él se subía a mi cama a observarla desde la distancia.

Aunque no parecía tener celos ni mostrar desdén hacia la Nena, sí que se mostró muy enfadado conmigo: claro, en esos primeros días yo estaba absorbida por mi hija y reconozco que lo dejé un poco de lado. Pero supo canalizar su rabia hacia mí y no hacia ella jejejeje Le duró poco tiempo, apenas la primera semana, después se hizo bien a la nueva situación y todo volvió a la normalidad y él a ser un gato cariñoso y dulce, aunque seguía ignorando a la Nena.

Así continuó todo hasta hace un par de días, o mejor dicho, hasta hace un par de noches. La Nena me despertó reclamando una de sus raciones nocturnas, y yo zombi total, me levanté de la cama, la saqué de la mini cuna y me la llevé al salón para darle el pecho en el sofá. Gato, como ya venía siendo costumbre, me acompañó y se colocó en el brazo del sofá a mirar. Mientras yo cabeceaba apunto de quedarme frita con la criatura en brazos enganchada a mi teta, Gato se acercó a nosotras, le olisqueó el pelito a la Nena y ¡Toma ya! va y se roza efusivamente contra su cabecita y empieza a ronronear. Me arrancó una sonrisa automáticamente y sospeché que aquello podría ser el comienzo de una nueva historia de amor.

De hecho así está siendo, porque a Gato, aunque guarda las distancias bastante bien con la Nena, le gusta echarse al lado de ella. Si la pongo en su hamaquita en el sofá, él se echa al lado y la mira con ojos amorosos. Si la tengo yo en brazos, él se sube en mis piernas y se acuesta ahí casi sin rozarla. Si vienen visitas y la cogen en brazos, él mira a quien tenga a la Nena con cara de pocos amigos y lo persigue observándolo con desconfianza hasta que nos la devuelva a mí o a Papácoqueto.

Y hoy ya lo he cogido con las manos en la masa... Cuando llegamos esta mañana del paseo la Nena estaba dormida en el cochecito y yo no quise sacarla de ahí para que no se despertara y así aprovechar para poder hacer algunas cosas en casa tranquila. Me lié con la limpieza, las lavadoras... y en esto que voy a echarle un vistazo a la criatura y me encuentro a Gato acurrucado a sus pies. Mi primera reacción fue echarlo (el cochecito y la niña llenos de pelos!!!), pero los vi tan a gusto a los dos juntos que me dio pena y lo dejé ahí. Desde ese momento ya no hay quien lo separe de la Nena, lo único que espero es que no pretenda dormir con ella dentro de la cuna porque entonces sí que le voy a dar un zapatillazo :P

sábado, 30 de octubre de 2010

Señales de vida

Tengo el blog absolutamente abandonado... y los vuestros también. La Nena tiene ya 22 días, ¡Qué estrés hemos pasado hasta ahora! Entre organizarnos a la nueva situación, las visitas que no han parado de llegar, los abuelos que están chocheando con la criatura y no nos dejan ni un respiro... vamos, que casi no tengo tiempo ni de ducharme. Precisamente ayer me di cuenta que hacía tres días que no me lavaba el pelo (¡Guarrilla!)

La lactancia ha sido una guerra sin cuartel entre la Nena y yo. Floja como ella sola, primero no tenía interés ninguno por comer y cuando lo mostró pasaba de la teta. Perdió casi 400gr de peso en los 10 primeros días de vida, la pediatra y la familia llevaban ya una semana insistiendo en que le diera ayuda con biberones cuando tuve un lapsus mamario y de la noche a la mañana se me retiró la leche. Finalmente claudiqué y le di biberones... aunque no cejé en mi intento de seguir metiéndole teta. Como por arte de magia (y tras mucha insistencia poniéndome a la Nena e insistiendo con el sacaleches) volví a producir leche, y hasta el día de hoy es lo único que come... Lo dijo bajito porque no me fío de ella un pelo, cruzo los dedos porque todo siga igual.

Una herramienta fundamental en esas horas y horas de teta que nos hemos pasado juntas ha sido el cojín de lactancia. No hace mucho que lo compré, pero ¡Madre mía! ¿Cómo he podido pasar dos semanas sin él? Ya os hablaré más largo y tendido del dichoso cojín, casi puedo decir que nos ha salvado la vida a las dos.

La Nena es un sol, el único problema que me ha dado es el de la comida, pero por  lo demás no hace ruido ninguno. Es una niña risueña y feliz, que no llora ni cuando tiene el pañal sucio la pobre... Cuando tiene hambre hace ruiditos, ¡Pero no llora! Los vecinos me preguntan si está viva porque no la escuchan ni de día, ni de noche jejejeje

Espero tener tiempo para ponerme al día con todo ahora que parece que las cosas están más tranquilas.

sábado, 16 de octubre de 2010

Un rayo de luz

El miércoles de la semana pasada empecé con los dolores de parto casi a las 12 de la noche.

Siguiendo los consejos de la matrona aguanté y aguanté en casa hasta que las contracciones se separon por intervalos de apenas 5 minutos, lo que me llevó hasta las 2:30 de la mañana rodando por casa y literalmente doblada de dolor.
Papácoqueto y yo cogimos la maleta y todas la cosas y nos encaminamos al hospital.

Yo pensaba que con los dolores tan fortísimos que tenía y la cantidad de horas que llevaba aguantándolos (jejejejeje ilusa....) ya habría dilatado por lo menos un par de centímetros. Pero en el reconocimiento que me hicieron al llegar al hospital, un matrón muy sieso por cierto, me dijo que apenas había borrado el cuello del útero y que de dilatación nada... No me mandó de vuelta a casa porque vivo a tomar porculo del hospital maternal, así que me subieron a una habitación a esperar a que dilatara.

Una sabe que un parto duele: te lo cuentan amigas y familiares, los ves en la tele y en las películas, es algo que todo el mundo sabe. Pero hasta que no lo sufres en tus propias carnes no te haces idea de lo realmente doloroso que es. Hay mujeres que tienen la suerte de poder decir que sus partos no fueron especialmente dolorosos, yo no puedo decir lo mismo. Me considero una persona con un umbral del dolor bastante alto y además no soy nada quejica pero aquella noche por primera vez en mi vida, de mi garganta escaparon quejidos desgarrados.

Antes de que llegara el momento yo no tenía muy claro si quería o no epidural, pero cuando me la ofrecieron a las 9 de la mañana (ya llevaba 9 horas de insufribles dolores) la recibí con una sonrisa de oreja a oreja. Todavía me quedaban 7 horas más para traer a mi hija al mundo, pero al menos fueron llevaderas.

Papácoqueto entró conmigo al paritorio con aspecto de estar realmente acojonado, pero se comportó como un jabato todo el tiempo dándome ánimos y cariño. Tras media hora empujando la Nena no salía. Yo sabía que algo pasaba y se confirmó cuando echaron a Papácoqueto del paritorio y entraron una tocóloga, dos pediatras y un par de enfermeras más (al principio solo estaban una matrona y una enfermera). Me informaron que iban a sacar a la Nena con ventosa, que estaba un poco "atascada" pero que todo iba bien... yo no me lo creía.
La tocóloga trabajó muy rápido y muy bien, en apenas 5 minutos había despachado la faena sin desgarro y con una episiotomía de sólo 3 puntos.

Y entonces vi a mi niña, toda amoratada, estaba de color grisáceo y venía al mundo con los ojos abiertos...  La llevaron a aspirarle los fluidos de la garganta, a pesarla, a comprobar que estuviera bien... comenzó a llorar ella y comencé a llorar yo. Dejaron pasar a Papácoqueto que nos comió a besos a las dos con los ojillos también llorosos. El pobre estaba preocupadísimo porque a él sí le habían explicado las complicaciones: la niña venía enredada con el cordón umbilical, por eso no conseguía salir.

A pesar de todo la Nena vino al mundo perfectamente sana y sin ningún problema. Es preciosa... claro, que voy a decir si soy su madre... no debo ser objetiva, pero a mí me parece la niña más bonita y más tierna del mundo y ha sido un rayo de luz en nuestras vidas. No solo en la mía y en la de mi marido, toda la familia, incluidos familiares de los que no esperaba atenciones de ninguna clase, se han volcado con la Nena.

Se nos cae la baba con ella, no podemos dejar de mirarla, de besarla, de quererla... Además ¡Es tan buena! No llora, apenas se queja la pobre criatura y cuando lo hace es a media voz, y aunque es muy pequeña ya nos dedica sonrisas.

viernes, 1 de octubre de 2010

Visita a la tocóloga

Hoy he tenido revisión con la tocóloga y monitorización para ver como iba el embarazo.

Parece que ya estoy "a punto de caramelo"... aparte de que tengo la barriga bastante baja, me ha explicado que el cuello del útero está blandito. Por lo visto del tapón mucoso no hay ni rastro, he debido perderlo sin darme cuenta duchándome o en cualquiera de las miles de veces que me he levantado a orinar por las noches sin encender la luz...
Además me ha mirado el estado del líquido amniótico con con una especie de cánula con luz (no me he quedado con el nombre del procedimiento), me ha confirmado que está claro y perfecto, pero también me ha prevenido que es bastante probable que a raíz de la exploración e encuentre molesta.

¡Dicho y hecho! Aunque no tengo contracciones, las molestias son evidentes... Y tengo unos pinchazos de lo más tontos. Veremos si no acabo pariendo este fin de semana...

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Merengadas

Una cosa me lleva a la otra y parece que además estoy inspirada.
Ayer tuvimos una tarde de lo más ajetreada: primero fuimos a la guarde a reservar formalmente la plaza. Esa guarde nos gusta mucho aunque sus instalaciones no sean modernas, se ve que tiene unos años y una obra no le vendría mal, pero tanto las buenas referencias que me han dado de ella como la buena impresión que nos han causado tanto las trabajadoras como los métodos que tienen, han hecho que nos decidamos.

Después fuimos a casa de un amigo que tiene una bebita de 1 año. Él y su mujer estaban locos por quitarse de encima trastos y ropita que ya le queda pequeña y como son 13 los meses que se va a llevar con la mía ¡Perfecto! Porque si yo creía que ya tenía ropa más que de sobra, ayer por la tarde junté la suficiente como para montarme un puesto en el mercadillo... y forrarme.

Después corriendo para casa cargados con unos 25 kilos de ropa, bañerita (vamos por la segunda, así que una la llevaremos al pueblo de mi marido, que ir habrá que ir y cuando vayamos habrá que bañar a la Nena), otra sillita para el coche (que como tenemos uno cada uno nos viene de lujo) y la compra del Mercadona, que venían Abueloscoquetos a cenar. Supuso 2 viajes de coche-ascensor cargados hasta la bola, Papácoqueto bastante más que yo, para qué negarlo jejejeje

La verdad es que no había tenido tiempo de mirar la barbaridad de ropa que esta pareja nos había pasado, así que aprovechando que Abuelacoqueta llegó, nos pusimos manos a la obra con la purga.
Y es en esta parte cuando me reafirmé en que mi madre y mi suegra no son tan diferentes...

Muchísimas prendas, la mayoría de hecho, no las voy a aprovechar. Bien porque las veo algo desgastadas y no tengo necesidad dada la cantidad ingente de ropita que hemos acumulado, o bien porque directamente no son de mi agrado. Pero no solo es que no sean de mi agrado, es que es ropa que viene con las etiquetas de precio y todo del Corte Inglés, es decir, que a la mujer de mi amigo se han dedicado a regalarle ropa Merengue con la que no ha querido vestir a su hija... igual que yo no se la voy a poner a la mía.

Pero ahí entra Abuelacoqueta en acción, alucinada con los patucos de punto, los jerseys con lazos, los gorritos de la casa de la pradera...

Abuelacoqueta: Mamácoqueta, pero si es precioso!!!
Mamácoqueta: Mamá, por Diosssssss, estarás de broma...
Abuelacoqueta: Tú tráetelo para mi casa, que yo se lo pongo cuando tu no estés.
Mamácoqueta: Vieja, por encima de mi cadáver.

Y es que hace un par de semanas Suegra estuvo de visita en casa y se trajo un montón de revistas de labores y de punto infantil para enseñármelas y hacerle ropita a la Nena... Yo alucinaba... Porque la ropa que me mandaron ayer era merengue total, pero la que Suegra quería hacer además tenía un estilo rococó que cortaba la respiración. Algo así como esto:





Casi que me entra la risa... le pregunté que si la revista era de los años 30... a lo que me contesta "No, del año 91..." JAJAJAJAJAJA "Suegra, no puedo ponerle eso a mi Nena, yo te lo agradezco, pero te vas a pegar la paliza haciendo punto para nada, de verdad... " Y yo esto se lo contaba después a mi madre pensando que me entendía, pero resulta que tengo al enemigo en casa.

martes, 28 de septiembre de 2010

Suegra no hay más que una

Y menos mal!!



Esto no es solo aplicable a las suegras, por supuesto podemos meter en el mismo saco a nuestras propias madres, pero en esta ocasión a la que voy a despachar es a la susodicha... Porque anécdotas con la familia política he acumulado más en estos nueve meses de embarazo, que en los 8 años de relación con Papácoqueto.

Cuando supimos que estábamos embarazos hicimos un viaje al pueblo de Papácoqueto para darle la buena nueva a la familia, estas cosas considero que es mejor contarlas en persona que no por teléfono. No es que estén muy lejos, a unos 150km de distancia, pero la verdad es que no pasamos allí muchos fines de semana porque nos aburrimos los dos como ostras... Cómo explicarlo... La casa de mi suegra (y la mentalidad, he aquí el quiz de la cuestión) parecen sacadas de la serie Cuéntame.

Pues nada, dicho y hecho. Llegamos por la tarde y durante la cena les damos la noticia. Suegra contentísima, a Suegro parece que le han contado que la que está preñada es la cochina que tiene en el campo (casi ni aparta la vista del televisor), Cuñado, de 15 años, se pone colorado como un tomate (imagino que se le pasaría por la mente la forma en que nos quedamos embarazados) y hasta ahí todo bien.

Al día siguiente estaba Suegra preparando la comida por la mañana y me asalta con La Conversación:

Suegra: ...Pero tanto tú como tu madre trabajáis, ¿Qué vais a hacer con el bebé? (el sexo aún era indefinido)
Mamácoqueta: Pues tras la baja maternal tendremos que meterlo en una guarde.
Suegra: Pobrecito, tan pequeño... ¿No te da pena?
Mamácoqueta: Pues claro Suegra, pero qué remedio.
Suegra: La Felipa, la que vive dos casas más arriba, su hijo también vive en la ciudad y la nieta vive con ella
Mamácoqueta: ?¿¿?
Suegra: Que sí, que lo traigáis para acá y os lo crío yo
Mamácoqueta: Jejejeje... Esto... No. 
Suegra: Que sí, que va a estar mejor. Y vosotros venís los fines de semana a verlo o recogerlo.
Mamácoqueta: ...No
Suegra: Que sí, si os váis a ahorrar mucho dinero
Mamácoqueta: ...No
Suegra: Y por qué no?
Mamácoqueta: Porque con quien tiene que estar es con su padre y con su madre, que somos NOSOTROS.
Suegra: Pero si es lo mejor, no ves que no tienes tiempo para dedicarle?
Mamácoqueta: ?¿

(Inciso---> Mi trabajo es de 7:30h a 15h en invierno y en verano se reduce de 8:00h a 14:00h, de Lunes a Viernes, lo que considero un lujazo comparado con otras pobres madres trabajadoras)

Suegra: Ya te digo yo que es lo mejor
Mamácoqueta (hasta el forro ya): Suegra, ¿Qué parte del NO es la no entiendes?

A todo esto, suegra pone su mejor sonrisa de aquínohapasadonada y sigue con sus quehaceres culinarios.

No veía el momento de contárselo a Papácoqueto, realmente me sentí indignadísima. Una cosa es intentar ayudarnos, pero yo me sentí como si me tomara por una niñata inepta incapaz de sacar un hijo adelante. Papácoqeto no se lo podía creer:  "A mí no me dice esas cosas... Córtale el rollo la próxima vez, de todas formas creo que lo has malinterpretado ¿No?"

No, seguro que no...

Porque Suegra no entiende que su hijo sobreviva al lado de alguien como yo, que no plancha las sábanas, ni los calzoncillos, ni de hecho la mayoría de las cosas.  A ver, una camisa o un pantalón de pinza sí que los plancho, pero unos pantalones vaqueros o una camiseta de algodón lo que hago es que la sacudo y la tiendo estiradita y va que chuta. Ni tampoco comprende como puedo ponerle un plato precocinado para cenar, o mejor aún, que sea él quién planche o cocine.

Pues nada, que nos íbamos ya de vuelta para casa y le trae a Papácoqueto un par de camisetas y de calzoncillos que le había lavado (a mano por supuesto ¡Ja! Que para eso lo quiere más que yo...) Él aprovecha para ponerse una de las camisetas esas, a lo que le dice Suegra mirándome de reojo: Hijo, pero qué guapo estás con la ropa bien planchadita!!

lunes, 27 de septiembre de 2010

Vaya nochecita

Hace ya cosa de un mes que por las noches me despierto con contracciones ligeramente dolorosas pero no regulares y bastante espaciadas. Cuando se lo comenté a la matrona ella me dijo que era lo más normal del mundo, que no me preocupara pues es parte del proceso de borrado del cuello del útero y que es hasta bueno, porque cuanto más borrado lo tenga llegado el momento, más ágil será la dilatación.

Pero esta madrugada lo he pasado fatal... Sobre las 5 de la mañana me desperté con unos dolores intensísimos, además Gato debía notar algo raro porque estaba especialmente pesado y cariñoso. Entre las contracciones y Gato intentando ponerse encima mía para darme arrullos, terminé por levantarme de la cama y probar suerte en el sofá.

Por supuesto Gato no conforme, me siguió. Empecé a sentir contracciones cada vez más dolorosas y más seguidas, las empecé a cronometrar y me venían cada 2 o 3 minutos "¡Ea! ya estamos de parto..." pensé, aún así no quise despertar a Papácoqueto, que se encontraba en el séptimo sueño, y opté por seguir contando contracciones e intentar relajarme.
Estuve así aproximadamente media hora, hasta que las contracciones empezaron a espaciarse cada vez más, el intenso dolor remitió quedándose en una ligera molestia y volví a acostarme.

El resto del día lo he pasado con el cuerpo raro. No es que esté mal, pero tampoco estoy bien... de vez en cuando noto alguna contracción no dolorosa (que hasta ahora siempre me habían venido por la tarde-noche y nunca por las mañanas), pero no me han impedido lo más mínimo dedicarme con desenfreno a la que se ha convertido en mi tarea favorita: limpiar la casa. Porque vaya, eso sí, a pesar de todo me ha dado otra vez por preparar el nido como las locas y no he dejado rincón de la casa por frotar ni pelo de Gato por recoger.

Hace un rato ha llamado mi madre por teléfono y le he comentado lo que me ha pasado. Ella, que además de tener la experiencia de tres hijos es enfermera y algo más puesta que yo está en estos menesteres, me ha dicho que me relaje, que pare de limpiar como las locas y que no tiene que significar que vaya a ponerme de parto YA, pero que desde luego mucho no queda...

Así que nada, aquí estoy esperando a ver si la Nena se decide o no a salir... Porque estar embarazada ha sido y es una experiencia fabulosa, pero ya empiezo a estar un poco harta e impaciente. Tengo ganas de quitarme este peso que llevo dentro, que ya más que un peso es un auténtico lastre, pero sobre todo estoy deseando verle la carita y acunarla en brazos.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Soy débil...

Sí lo reconozco... he vuelto a hacer un pedido en Bottega Verde... y eso que cada vez que hago uno me prometo no volver a hacerlo ¿El motivo? En ocasiones las entregas han llegado a tardar más de un mes y por norma general no me han llegado nunca antes de 15 días, pero las ofertazas y los descuentos que me mandan hacen que no pueda resistirme y siga picando.

No es que todos los productos de la marca de cosmética natural italiana sean para tirar cohetes, pero hay algunos a los que me he hecho adicta y sin los que no puedo vivir. El ejemplo más claro es la crema corporal hidratante reafirmante, una auténtica delicia de medio litraco en tarro. No es nada barata, pero entre que está con 10€ de descuento y que he conseguido descuentos por valor de 16€ (haciéndote fan de BV en facebook te da acceso a un enlace con 10€ de descuento, además al introducir el código green box CIAO te descuenta otros 6€) en el total del pedido además de los gastos de envío gratis... pues nada, pedido al canto.



Otro potingue de lo más interesante que he echado al carro de la compra ha sido el kit de ácido glicólico. Ya había probado la crema con resultados fabulosos pero hacía tiempo que se me había terminado. Su precio habitual sin descuentos es exagerado y van y lanzan esta oferta en la que no solo está la crema tirada de precio, si no que incluye peeling y toallitas. Ea, pues otra tentación al carro de la compra.



Y claro... ya que estamos de compras y de ofertazas, pues una no puede ir echando un vistazo y no dedicarse a añadir productos a 4.99€... total, por cinco eurillos de nada ¿No merece la pena probar alguna crema facial, tratamiento para pies, o mejor aún, la gama infantil para mi pequeñina?



Mmmm... Me da la impresión de que esta entrada la estoy haciendo para desquitarme del sentimiento de culpabilidad que me crea hacer compras online. Realmente es una fase que tengo casi superada, pero ya os digo que de vez en cuando no puedo evitar picotear, sobre todo si son productos que sé que tarde o temprano acabaré comprando y en este momento están a buen precio.


Salgo de cuentas el día 4 de Octubre, qué os apostáis a que no me llega el paquete antes de que nazca la nena!!

sábado, 18 de septiembre de 2010

Mala leche condensada



No sé qué me ocurre, pero llevo unos días con un odio irracional contra el mundo... es como una especie de síndrome premenstrual a lo bestia. Todo, absolutamente todo me molesta. Y cuanto más cercana y querida es la persona que interactúa conmigo, más probabilidades tiene de llevarse el mordisco en la yugular.

Intento controlarme porque sé que todo es producto de algún subidón/bajón hormonal, pero hay ocasiones en que es superior a mí y reviento.

Ayer casi le pego a Abuelacoqueta, que vino a traerme cositas para la nena por la mañana y aproveché para invitarla a café. Mientras se servía el azúcar en el suyo, tuvo la mala fortuna de dejar caer un poco de azúcar dentro del cajón de los cubiertos que había dejado abierto al sacarse la cucharilla de café. En este punto hubo dos factores desencadenantes, el primero el hormonal, el segundo la fiebre de maniática de la limpieza en la que me encuentro inmersa... Vaya rapapolvo le eché a mi pobre mamá!!

Esta mañana, de nuevo imbuida desenfrenada y febrilmente en mi manía por la limpieza, he perseguido a Gato por toda la casa fregona en mano porque no se estaba quieto y me iba pisoteando allá por donde yo iba fregando... pero es que el animalito se las trae, que sabe de sobra que no puede pisar lo mojado, pero hoy sábado por la mañana Papácoqueto estaba en casa y Gato se siente protegido y fuerte cuando Papá está cerca y hace lo que le da la real gana.

Y el turno de Papácoqueto es cada vez que abre la boca, o si no la abre porque no la abre... Vamos, que no paro de ladrar en todo el día, a todos, hagan lo que hagan.

Espero que esta fase se me pase rápido, porque no me soporto ni yo.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Buscando guardería


Puede parecer un poco precipitado que aún no habiendo nacido la nena ya hayamos estado buscándole guardería. No sé como será en otras ciudades, pero por aquí resulta bastante complicado encontrar una plaza, sobre todo si es para un bebé.

Además son unas abusonas en toda regla... me explico: en mi caso yo no necesitaría dejar a la nena en la guarde hasta Marzo-Abril del año que viene (todo depende de los días extra que pueda rapiñear junto a la baja maternal), pero claro, el nuevo curso lectivo empieza en Septiembre y la mayoría de guarderías me exigen que les pague las mensualidades desde el principio del curso para reservarme la plaza.
Otro punto negativo de la gran mayoría es que cuando cierran en el mes de Agosto, en el que por supuesto tú no haces uso de sus servicios, te exigen el pago del citado mes.
Eso sin contar el horario, necesito que la guarde me coja la niña a las 7h de la mañana, como mucho a las 7:15h y no todas abren tan temprano, y que le dé de comer porque hasta las 15-15:30h no puedo ir a por ella.

Por todo esto el tema de la guardería es algo que ya me estaba preocupando, al fin y al cabo no falta tanto para que llegue el momento y no puedo permitirme quedarme sin plaza cuando se me termine la baja maternal. Mis padres trabajan y mis suegros viven a ciento y pico kilómetros de distancia, por lo que no son opciones viables para cuidarme a la nena.

Menos mal que tengo una compañera de trabajo que ha pasado por la misma situación (menos mal para mí, jejeje... porque ella tuvo que currárselo mucho más que yo)  y me ha allanado mucho el camino. Ella tiene dos hijos y cada uno estuvo en una guardería diferente, las dos por cierto cerca del trabajo que es lo que yo necesito. En la guarde de su hijo el mayor eran del tipo abusón que comentaba al principio, pero con la de su hija la pequeña ha estado encantada siempre. Después de comentarle mis inquietudes, me sugirió que le preguntase a la directora de la guarde de su hija.

La chica resultó ser un encanto y la guarde cubre todas nuestras necesidades. Tienen una zona habilitada apartada para bebés, limitada a 6 o 7 como máximo para poderse hacer cargo de ellos como es debido, les respetan los horarios de sueño, los sacan al patio cuando hace bueno para que les dé la luz...
El tema del comedor para cuando sean grandes también está muy bien porque sólo te cobran el día que el niño se quede a comer. Tienen el mercado muy cerca, y lo que hacen es ir al día y hacer la compra para los niños exactos cuyas madres indiquen a primera hora que van a necesitar comedor.
Además, hacen muchas funciones, teatros y actividades. La hija de mi amiga estaba encantada con sus maestras, por lo que mi amiga lo estaba también.

Y lo mejor de todo... ¡Es que no me hacen pagarle los meses del curso que no voy a estar haciendo uso de la plaza! Ni tampoco el mes de Agosto, que cierran. Bueno, no es que sea lo principal, pero es muy importante, para qué negarlo.

La semana que viene Papácoqueto y yo vamos a ir a cerrar el trato con la directora de la guarde, que aunque lo comentamos hace unos meses, no aseguramos nada por ninguna de las dos partes. Esta mañana hablé con ella por teléfono y parecía que en principio me respetaba el trato inicial, esperemos que todo siga igual que como lo acordamos al principio.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

NYX Nude on nude

El otro día Ricinhos comentaba en su blog que Urban Decay se está extendiendo por Galicia (por fin!) pero que aún no habían incorporado la paleta Naked al surtido.



La verdad es que la paleta es una auténtica delicia... algunas de las sombras ya las tengo incorporadas en otras paletas UD que tengo, pero eso no quita que me la compraría con los ojitos cerrados si no fuera porque tendría que vender un riñón en el mercado negro dada la situación actual (bebita a menos de 20 días de nacer con múltiples gastos es mi primera necesidad ahora mismo), y considero que mi hija va a necesitar una madre con todos los órganos en su sitio y llena de energías.

Sin embargo he dado con una paleta de NYX que aunque no tiene ni tantas sombras ni probablemente tanta calidad como la de UD, no deja de ser golosa a la vista... y de hecho acaba de posicionarse en el primer puesto de mi ranking personal de potingues pendientes... y es que la Nude on nude Natural Look kit de NYX no tiene desperdicio.

Entre sus 9 sombras en tonos neutros y tostados se combinan acabados shimmer con acabados mates, además de incluir dos labiales en rosas nude. En este enlace podéis ver la paleta más de cerca además de unos swatches bastante buenos tanto de las sombras como de los labiales.





Se puede conseguir en Ebay por unos 10 o 12€ incluídos los gastos de envío desde U.S.A, porque yo no encuentro donde narices comprar NYX a un precio razonable dentro de nuestras fronteras... siempre me sale mejor acabar haciendo un pedido al otro lado del charco.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¡Se acerca el momento!

En estos momentos me encuentro embarazada de casi 37 semanas y me parece mentira que en menos de un mes vaya a tener a mi nena en brazos.
Durante todos estos meses me he sentido muy bien y muy tranquila, debo dar gracias a que he pasado un embarazo fantástico sin náuseas y sin achaques de ningún tipo, ni siquiera los típicos a pesar del barrigón que he arrastrado a más de 40 grados todo el verano por medio sur de España y Portugal en autocaravana...

Porque eso sí debo reconocerlo, y es que ¡No he parado!

Incluso la tocóloga me sugirió que debería tranquilizarme un poco, que tanto trajín en vacaciones no era bueno para el bebé. Pero qué queréis que os diga, yo me encontraba fenomenal, con ganas de pasarlo bien y en todo momento he sentido que mi bebé estaba a gusto...

Pues eso, que se acerca el momento del parto y estoy como una rosa. Antes de quedarme embarazada e incluso al principio de la gestación el asunto parto-dolor-pinchazoepidural-sangre-episiotomía era algo que me quitaba el sueño, sin embargo poco a poco lo he ido asimilando (supongo que será cosa del instinto) hasta llegar al punto de verlo y sentirlo como la etapa final y natural de esta aventura que es el embarazo. Papácoqueto, en cambio, está aterrado con todo este asunto... y eso que me está acompañando a las charlas de preparación al parto y se está implicando al máximo, pero dice que si de él dependiera y tuviera que pasar por lo que yo estoy pasando y me queda por pasar, no tendríamos hijos.

Y superada esta fase de terror paritorio por mi parte, resulta que me encuentro con que me asaltan otros temores que en un principio ni me había planteado: la Familia. Sí, la Familia... ese extraño clan al que pertenecemos, del que no podemos deshacernos y que además hacen lo que hacen (casi siempre) por amor.
Nuestro bebé va a ser el primer nieto tanto por parte de Papácoqueto como por la mía, así que podéis imaginaros como están las respectivas. Al principio yo me encontraba encantada con las atenciones tanto de mi suegra (aunque a ella le tengo que dedicar algunas entradas jejejeje) como con la de mis padres (que también se merecen las suyas, para que negarlo...) pero poco a poco la cosa ha ido pasando a un ligero estado de agobio y de temor frente a como se van a ir sucediendo los acontecimientos bebé-abuelos-papáscoquetos. Comprendo perfectamente la emoción que sienten, pero me da la sensación de que se van a inmiscuir bastante más de lo necesario y aunque hasta ahora he intentado frenarlo todo siendo lo más políticamente correcta, creo que voy a tener que acabar poniendo los puntos sobre las íes de manera bastante más borde.


Y como entrar en detalles va a resultar algo largo y tendido, lo iré dejando para sucesivas entradas ;)

Ciao!